Voy a matar a Videla

La madrugada del 14 de abril de 1978, le permitió a Ricardo aumentar el pesimismo necesario para decidirse. Hacia días que le estaba dando vueltas a la idea. Y frente al espejo del baño, como si hubiera descubierto la epifania de su vida, dijo

-Voy a matar a Videla

Momento visagra. No veía otra solución, que no sea quebrar por el cuello al monstruo.
La historia lo juzgaría, quien sabe en qué pedestal lo ubicaría.
Sabia que nadie mas se atrevería, la idea lo traia confundido, pero convencido.
El cortocircuito de su mente fue real, era una de esas personas un tanto disfuncionales.
Ricardo era capaz de hacerlo, estaba decidido, el arma estaba en su bolsillo, Jorge sale por la puerta, nadie reaccionaba, se acerca a cinco metros, no, no podía fallar, comienza a desenfundar, mete su mano en el bolsillo.

Ricardo Gomez? – pregunta una voz autoritaria.

Alcanza a guardar el arma, no la habian visto. Asiente con la cabeza, consternado, como intentando volver. El Falcon estaba mal estacionado.

Nadie lo ha vuelto a ver desde entonces.